Sara Palmero Muñoz D.O.O
La orto-k representa a día de hoy una opción excepcional para nuestros pacientes miopes. Actualmente el 38% de la población en Europa es miope, mientras que en Asia es del 70% y la previsión para el 2050 es que la mitad de la población sea miope.
La miopía, que puede parecer sólo un inconveniente visual leve, en realidad aumenta el riesgo de enfermedades oculares graves, como el glaucoma, cataratas y desprendimiento de retina. Incluso en miopías bajas (de -1.00 a -3.00 D) se ha documentado que el riesgo de presentar cataratas se multiplica por 2, el de glaucoma por 4 y el desprendimiento de retina por 4 con respecto a un ojo emétrope.
Cómo ya sabemos, normalmente la miopía va aumentando progresivamente desde la niñez y adolescencia deteniéndose su progresión en la década de los 20. Si se opta por la orto-k, además de permitir a los jóvenes ver bien durante el día prescindiendo de gafas y lentillas, podríamos estar ayudando a que la progresión de la miopía se ralentice.
De esta forma, además de disminuir los riesgos de salud ocular asociados a una miopía alta, los jóvenes pueden ser en el futuro, si así lo desean, mejores candidatos a cirugía refractiva.
Resultados en tres pacientes adolescentes
Se presentan los resultados clínicos de orto-k de tres pacientes adolescentes que presentan una miopía baja. El objetivo es evaluar el estado refractivo inicial y compararlo a los dos años de tratamiento para valorar la progresión de la miopía durante este período de tiempo. Después de dos años de tratamiento de orto-k, se realiza un descanso hasta que no se aprecian moldeos en topografía. Se realiza un nuevo examen optométrico.
CASO 1
Adolescente de 17 años usuario de gafa con corrección miópica desde hace 4 años. Ha ido cambiando la refracción cada año porque le va aumentando. No le gustan las gafas. Es estudiante y pasa muchas horas delante del ordenador. Se plantea el tratamiento de ortoqueratología para tener independencia de la corrección durante el día.
CASO 2
Adolescente de 16 años. Hace 2 años que empezó a usar una graduación de -0,75 Dpt. Actualmente usa gafas con -2,00 Dpt. Sus padres están preocupados por el aumento de la miopía y han oído hablar de la ortoqueratología. Su madre es óptica-optometrista pero no realiza este tratamiento. El paciente además es estudiante y tiene una alta demanda en visión próxima. Planteamos el tratamiento de orto-k para un posible control del aumento de la miopía.
CASO 3
Adolescente de 12 años que acude a consulta por mala agudeza visual en visión lejana. Nunca ha usado corrección. Su madre refiere que tiene muy mala agudeza visual y el paciente no quiere usar gafas. Se detecta una baja miopía y se le plantea probar la ortoqueratología para intentar que la graduación no aumente y para que pueda ir sin gafas durante el día.
En conclusión, nos encontramos que a los 2 años de tratamiento de orto-k el aumento máximo de la miopía ha sido de -0,25 dpt. Hay que destacar que los tres pacientes tienen una alta demanda de trabajo en visión próxima.
Además, se ha reportado en la literatura científica que es posible hacer un descanso de orto-k en un periodo limitado de tiempo sin que esto afecté al efecto de control miópico una vez reanudado el tratamiento. Esta información es importante para los profesionales y padres, que pueden estar tranquilos al hacer un descanso de las LC en caso de enfermedad o viaje.
La orto-k se nos presenta a los ópticos-optometristas como un tratamiento seguro y apto para aquellos pacientes que quieran tener un mayor control de su miopía y además prescindir de su corrección durante el día.